Inmunoterapia en cáncer de vejiga

¿Por qué la inmunoterapia en cáncer de vejiga es un tratamiento prometedor?

Revisado por:

Padmanee Sharma, MD, PhD
The University of Texas MD Anderson Cancer Center

La inmunoterapia en cáncer de vejiga tiene una larga historia, e incluye el primer tratamiento de inmunoterapia aprobado por la FDA (BCG) en 1990.

El cáncer de vejiga es el sexto tipo de cáncer más común en los Estados Unidos, y el noveno más común a nivel mundial. La mayoría de los cánceres de vejiga comienzan en células epiteliales de transición que conforman la capa interna de la vejiga. A medida que estos tumores crecen, pueden invadir el tejido conectivo y los músculos circundantes. Cuando la enfermedad está en etapa avanzada, el tumor se disemina a los ganglios linfáticos próximos o a los órganos pélvicos, o produce metástasis en órganos más distantes como los pulmones, el hígado o los huesos.

El cáncer de vejiga representa alrededor del 5 % de los casos nuevos de cáncer en los Estados Unidos al año, principalmente en personas mayores. Se estima que cada año se diagnostica cáncer de vejiga a 550.000 personas en todo el mundo y a 84.000 en los Estados Unidos, y causa unas 200.000 muertes a nivel mundial y 17.000 en los Estados Unidos. Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de verse afectados por este cáncer (alrededor del 75 % de los nuevos casos y de los fallecimientos se producen en hombres), aunque los motivos de esta diferencia entre géneros no son claros. Debido a que es probable que la enfermedad reaparezca, los pacientes con cáncer de vejiga deben someterse a controles durante un período prolongado.

Cuando se analiza por etapa, las tasas de supervivencia relativa a 5 años para pacientes con tumores restringidos a la capa interna de la vejiga y para aquellos con el tumor localizado en la vejiga son del 96 % y del 70 %, respectivamente. Los índices caen al 34 % en las personas con la enfermedad diseminada localmente más allá de la vejiga, y al 5 % en los pacientes con metástasis a distancia.

Si bien en la mayoría de los nuevos diagnósticos el tumor no ha invadido la capa muscular, los pacientes con tumores de alto grado (anormales) tienen un riesgo considerable de morir debido al cáncer. La recurrencia del tumor también es una gran preocupación, incluso para pacientes con enfermedad de grado bajo, y exige un seguimiento exhaustivo. Con mejores tratamientos, como las nuevas inmunoterapias, se podría reducir las tasas de recurrencia y mejorar la supervivencia de los pacientes con cáncer de vejiga.

Opciones de tratamiento del cáncer de vejiga

La detección de la mayoría de los casos de cáncer de vejiga es relativamente temprana y pueden tratarse con inmunoterapia. Los tratamientos tradicionales para el cáncer de vejiga incluyen cirugía y quimioterapia.

Para aquellos pacientes en los que el cáncer de vejiga no ha invadido el tejido muscular, el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor seguida de una dosis de quimioterapia (generalmente mitomicina C) dentro de la vejiga (denominada quimioterapia intravesical). Después de recuperarse de la cirugía, los pacientes con menor riesgo de avance de la enfermedad podrán someterse a observación o quimioterapia intravesical adicional. Muchas veces, los pacientes con enfermedad de grado moderado a alto reciben inmunoterapia intravesical con una bacteria viva atenuada, el Bacilo Calmette-Guérin (BCG). La BCG fue la primera inmunoterapia aprobada por la FDA, y permite reducir el riesgo de recurrencia del cáncer de vejiga al estimular una respuesta inmunitaria contra las bacterias, así como contra cualquier célula de cáncer de vejiga cercana. Aproximadamente el 70 % de los pacientes con cáncer de vejiga entran en remisión tras el tratamiento con BCG.

El tratamiento estándar para los pacientes con cáncer de vejiga que ha invadido el tejido muscular incluye quimioterapia con cisplatino, seguida de la extirpación quirúrgica de la vejiga o radioterapia junto con quimioterapia. El cáncer de vejiga recurrente se trata con regímenes de quimioterapia combinada, que incluyen gemcitabina más cisplatino (GC) o metotrexato, vinblastina, doxorrubicina y cisplatino (MVAC).

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento que aprovecha el sistema inmunitario del paciente para ayudar a eliminar las células cancerosas. Actualmente hay ocho opciones de inmunoterapia aprobadas por la FDA para el cáncer de vejiga.

Anticuerpos dirigidos

  • Enfortumab Vedotin (Padcev®): conjugado anticuerpo-fármaco dirigido a la vía Nectin-4 que lleva fármacos tóxicos a tumores; aprobado para subgrupos de pacientes con cáncer de vejiga en etapa avanzada
  • Sacituzumab govitecan (Trodelvy®): conjugado anticuerpo-fármaco dirigido a la vía TROP-2; aprobado para subgrupos de pacientes con cáncer de vejiga avanzada

Vacunas contra el cáncer

  • Bacilo Calmette-Guérin (BCG): utiliza bacterias atenuadas para estimular el sistema inmunitario; aprobado para el cáncer de vejiga en etapa temprana

Inmunomoduladores

  • Atezolizumab (Tecentriq®): dirigido a la vía PD-1/PD-L1; aprobado para el cáncer de vejiga en etapa avanzada y como tratamiento de primera línea para pacientes que no pueden recibir quimioterapia con cisplatino
  • Avelumab (Bavencio®): dirigido a la vía PD-1/PD-L1; aprobado para cáncer de vejiga en etapa avanzada, incluyendo como terapia de mantenimiento de primera línea después de la quimioterapia
  • Dostarlimab (Jemperli): un inhibidor del punto de control que se dirige a la vía PD-1 / PD-L1; aprobado para subconjuntos de pacientes con cáncer de vejiga avanzada que tiene deficiencia de reparación de errores de emparejamiento del ADN (dMMR)
  • Nivolumab (Opdivo®): dirigido a la vía PD-1/PD-L1; aprobado para el cáncer de vejiga en etapa avanzada
  • Pembrolizumab (Keytruda ®): dirigido a la vía PD-1/PD-L1; aprobado para el cáncer de vejiga en etapa avanzada

La inmunoterapia ha reducido significativamente el riesgo de recurrencia del cáncer de vejiga, y también ha aumentado el porcentaje de pacientes con respuesta completa tras la cirugía. Las inmunoterapias en cáncer de vejiga en investigación, aquellas que «entrenan» al sistema inmunitario para que reconozca las células cancerosas de la vejiga, tienen el potencial de seguir mejorando los resultados de los pacientes que padecen esta enfermedad.

Impacto del CRI en el cáncer de vejiga

Gracias a los revolucionarios avances en la investigación de la inmunología y ensayos clínicos, la inmunoterapia se ha convertido en uno de los tratamientos más prometedores de nuestro tiempo para el de cáncer de vejiga.

Lloyd J. Old, en colaboración con Baruj Benacerraf y Donald Clarke, demostró en 1959 que la BCG, vacuna contra la tuberculosis, podía inhibir el crecimiento tumoral en ratones. En los años siguientes, el CRI financió a Álvaro Morales, de la Universidad de Queens, Canadá, quien, en 1980, demostró que la BCG es eficaz para prevenir la recurrencia del cáncer de vejiga sin invasión muscular en seres humanos. En 1990, la FDA aprobó el uso de la BCG para el cáncer de vejiga superficial.

“A principios de la década de 1970, la negativa del Instituto Nacional del Cáncer de Canadá a mi solicitud de probar la BCG en tumores de vejiga superficiales incluyó el siguiente comentario del revisor: ‘la BCG no solo es ineficaz y peligrosa sino también un retroceso a la edad de piedra de la inmunología de tumores’. Si no hubiese realizado una solicitud posterior y recibido una subvención del CRI, la BCG nunca se habría convertido en el tratamiento estándar para tratar y prevenir el cáncer de vejiga en fase temprana.”

Alvaro Morales

Entre otras investigaciones financiadas por el CRI sobre el cáncer de vejiga destacamos:

  • Con su subvención Clinical Team Grant, la Dra. Nina Bhardwaj, Ph. D., y Sacha Gnjatic, Ph. D., están investigando la relación entre la inmunoterapia de puntos de control, la quimioterapia y las mutaciones en el cáncer de vejiga en etapa avanzada, para llevar adelante el desarrollo de vacunas e informar métodos de tratamiento combinado.
  • Monica M. Olcina, Ph. D., becaria de posdoctorado en la Stanford University School of Medicine, está investigando cómo se podría abordar las toxicidades de la radioterapia sin comprometer el tratamiento en sí.

Las inmunoterapias en cáncer de vejiga nuevas y en desarrollo tienen el potencial de reducir los índices de recurrencia y mejorar las tasas de supervivencia de los pacientes que padecen este cáncer. Conozca las investigaciones que está realizando el CRI sobre el cáncer de vejiga en nuestro directorio de financiamientos.

Related Links

Cifras de Cáncer de vejiga

6.º cáncer más común en Estados Unidos

550 mil personas diagnosticadas de cáncer de vejiga al año en el mundo

77 % tasa general de supervivencia a 5 años

1990 Año en que la FDA aprobó la inmunoterapia contra el cáncer de vejiga

Objetivos de los ensayos clínicos en cáncer de vejiga

Descubra las diferentes proteínas, vías y plataformas que los científicos y médicos están buscando para desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer. Utilice esta información para evaluar sus opciones de ensayos clínicos.

Los anticuerpos dirigidos son proteínas producidas por el sistema inmunitario, que se pueden modificar para activar marcadores específicos en las células cancerosas a fin de alterar la actividad cancerosa, especialmente su crecimiento incontrolado. Los conjugados anticuerpos-fármacos (ADC) contienen fármacos oncológicos que pueden dirigirse a los tumores. Los anticuerpos captadores biespecíficos de linfocitos T (BiTE) unen las células cancerosas y los linfocitos T para ayudar al sistema inmunitario a responder con mayor rapidez y eficacia. Entre los blancos de anticuerpos que se están evaluando en ensayos clínicos del cáncer de vejiga se incluyen:

  • EpCAM: vía que controla el crecimiento y adhesión celular
  • FGF/FGF-R: vía que controla el crecimiento, la muerte y la migración celular
  • Nectina-4: vía que controla el crecimiento y adhesión celular
  • VEGF/VEGF-R: vía que puede promover la formación de vasos sanguíneos en los tumores

Las vacunas contra el cáncer están diseñadas para provocar una respuesta inmunitaria frente a antígenos específicos del tumor o asociados al tumor, estimulando al sistema inmunitario a atacar las células cancerosas que contienen esos antígenos. Pueden elaborarse a partir de diversos componentes como células, proteínas, ADN, virus, bacterias y moléculas pequeñas. Entre los blancos de vacunas contra el cáncer que se están evaluando en ensayos clínicos de cáncer de vejiga se incluyen:

  • Neoantígenos personalizados: estos marcadores anormales surgen de mutaciones y se expresan exclusivamente mediante células tumorales
  • Antígenos asociados al tumor: antígenos que suelen expresarse a niveles anormalmente elevados en las células tumorales y pueden usarse para atacarlas. También pueden encontrarse en las células normales a niveles más bajos

La terapia celular adoptiva consiste en extraer células inmunitarias del paciente, expandirlas o bien modificarlas, y luego volver a introducirlas en el paciente para que puedan buscar y eliminar las células cancerosas. En la terapia con células CAR T, se modifican los linfocitos T y se les agrega receptores de antígenos quiméricos (CAR) que les permiten combatir mejor el cáncer. Los linfocitos citolíticos naturales y los linfocitos infiltrados en el tumor (TIL) también pueden potenciarse y volver a introducirse en el paciente. Entre los blancos de las inmunoterapias con células que se están evaluando en ensayos clínicos de cáncer de vejiga se incluyen:

  • Antígenos MAGE: los genes que producen estas proteínas normalmente se desactivan en las células adultas, pero pueden reactivarse en las células cancerosas, marcándolas como anómalas para el sistema inmunitario

Los inmunomoduladores manejan los «frenos» y los «aceleradores» del sistema inmunitario. Los inhibidores de puntos de control actúan sobre las moléculas de las células inmunitarias para desencadenar respuestas inmunitarias nuevas frente al cáncer, o mejorar las existentes. Las citocinas regulan la maduración, el crecimiento y la capacidad de respuesta de las células inmunitarias. Los adyuvantes pueden estimular vías para brindar una protección más prolongada o producir más anticuerpos. Entre los blancos de inmunomoduladores que se están evaluando en ensayos clínicos de cáncer de vejiga se incluyen:

  • CD137 (también llamado 4-1BB): la activación de esta vía coestimuladora puede ayudar a promover el crecimiento, la supervivencia y la actividad de los linfocitos T citotóxicos
  • CTLA-4: el bloqueo de esta vía puede ayudar a promover la expansión y diversificación de los linfocitos T citotóxicos
  • IL-2/IL-2R: la activación de esta vía de citocinas puede ayudar a estimular el crecimiento y la expansión de los linfocitos T citotóxicos
  • IDO: el bloqueo de la actividad de esta enzima puede ayudar a evitar la supresión de los linfocitos T citotóxicos
  • OX40: la activación de esta vía coestimuladora puede ayudar a favorecer la supervivencia de los linfocitos T
  • PD-1/PD-L1: el bloqueo de esta vía puede ayudar a evitar que los linfocitos T citotóxicos se «agoten» y a reanudar la actividad de los linfocitos T agotados
  • Receptores de tipo Toll (TLR): la activación de estos receptores inmunitarios innatos puede ayudar a estimular respuestas similares a las de las vacunas frente a tumores

La terapia vírica oncolítica utiliza los virus que, con frecuencia, se modifican para infectar células tumorales y hacer que se autodestruyan. Esto puede atraer la atención de células inmunitarias para eliminar el tumor principal y, potencialmente, otros tumores del cuerpo. Entre las plataformas virales que se están evaluando en ensayos clínicos de cáncer de vejiga se encuentran:

  • Adenovirus: familia de virus comunes que pueden causar una amplia gama de efectos generalmente leves, como dolor de garganta, fatiga y síntomas como de resfriado
  • Virus de coxsackie: virus perteneciente al mismo grupo que el virus de la polio; comúnmente infecta a niños pequeños y causa síntomas similares a la gripe
  • Virus del herpes simple: virus que puede causar la formación de llagas en la boca y los genitales
  • Virus vaccinia: virus utilizado en la vacuna contra la viruela y para erradicarla; rara vez causa enfermedad en humanos y se asocia con una erupción que cubre el cuerpo

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